martes, 1 de abril de 2014

Mi boda por la iglesia


Días después de que naciera Coco, mi madre regreso a Guadalajara, no sin antes haberme dado mil indicaciones de cómo cuidar al pequeño Javier y como tratar a Israel para evitar que sintiera celos del chiquitín; por supuesto yo procuré seguir sus consejos al pie de la letra, pero al final las cosas no se dieron del todo bien y acabe sobreprotegiendo un poco a Israel; la diferencia que hacía Javier entre los dos pequeños era demasiado notoria. Para mi esas diferencias eran ofensas que él me profería día con día y que crearon en mi un resentimiento que aún ahora después de tantos años no logro superar ni perdonar y que seguramente me llevaré a la tumba.

Meses más tarde mi madre regresó a la ciudad de México para cuidar a mi sobrina Itzel que estaba enferma y como mi hermana trabajaba no podía llevarla a la guardería. Después que mi sobrina recupero la salud mi hermana llevó a mi madre a visitarme justo el día que ella debía regresar a Guadalajara, por lo que solo pasarían el día conmigo y después de comer se marcharían o perdería el tren. Era Sábado y Javier convenció a mi madre de quedarse hasta el lunes con la promesa de que ese día viajaríamos todos a Guadalajara, él tenía planeado tomar unas vacaciones, fue algo difícil convencerla pero al final acepto.

Javier y yo no estábamos casados por la iglesia, solo nos habíamos casado por el civil para poder registrar a Israel puesto que en aquel tiempo si registrabas a un niño sin estar casado en su acta quedaba asentado que era un hijo natural en lugar de hijo legitimo, antes y ahora me parece que era una cosa absurda y pre juiciosa. La cosa es que mi madre aprovechando el viaje nos pidió que lleváramos nuestros documentos para ver si nos casábamos por la iglesia, Javier y yo no teníamos pensado hacerlo, pero aceptamos pensando que en una semana no se arreglaría nada.

El lunes tal y como lo había prometido Javier, viajamos a Guadalajara, llegamos por la noche y mis madre le dijo a mi padre que queríamos casarnos por la iglesia ¿Queríamos? más bien ella lo quería.

Mi padre tenía por costumbre asistir todos los días por la mañana a misa, y cuando volvió nos dijo muy contento: "se casan el Sábado" ¿qué? ¿y las amonestaciones y todo el tramite? nosotros debíamos volver a mas tardar el domingo a la ciudad de México, Javier tenía que trabajar. Como siempre mis padres se salieron con la suya, ni Javier ni yo tomamos en cuenta las influencias eclesiásticas de mi padre; él fue a ver al obispo y consiguió las dispensas de las amonestaciones y nos casamos el Sábado por la noche. La boda no tuvo nada que ver con lo que alguna vez había soñado; no hubo vestido blanco ni una iglesia llena de flores blancas con muchos invitados ni una fiesta magnifica, en fin como lo dije antes no era lo que habría querido, pero al menos le di gusto a mis padres, su niña se caso como Dios manda.

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