domingo, 31 de enero de 2016

Palabras atoradas


Se me quedaron tantas palabras atoradas en el alma.
No pude hablarle del dolor que me causo su indiferencia y su olvido.
No logré contarle de mis noches de insomnio, y de la rabia causada por su burla.
No conseguí decirle de las lagrimas que nublaban mis ojos al comprender que sólo era un juego.  
No supe explicarle cuanto sufrimiento me causaban sus excusas.
No tuve el valor decirle que su amor ha sido la más cruda soledad que he podido vivir.

martes, 26 de enero de 2016

Quiero...

Quiero soles y lunas.
Quiero fines de semanas y días festivos.
Quiero un amor real y no uno de mentira.

sábado, 23 de enero de 2016

Parte 21 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

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Entre libros y travesuras nació una amistad indestructible que los llevó a correr grandes y divertidas aventuras dentro y fuera de la escuela. No era extraño verlos tirados en el pasto de los jardines mirando el cielo, tratando de encontrar nuevas formas en las nubes, o sentados a la orilla de la piscina vacía en el fondo del patios escolar, inventando una nueva fechoría. Para ellos cada minuto de descanso era perfecto para dejar libre la imaginación y reír como si la vida hubiera sido hecha sólo pata disfrutarla. La seriedad y la cordura estaba hecha para los profesores y los adultos que, por alguna razón se habían olvidado de reír y disfrutar la vida, la seriedad era asunto de amargados. Pero ellos podían darse el lujo de estar locos, a esa edad todos tenemos ese derecho, todos podemos simplemente ser felices y, al parecer a los mayores ese placer ya se les ha prohibido.
Joshep era el chico más cotizado del colegio, no había una sola chica que no muriera por él, y Angie no era la excepción; ella hacía todo lo posible por conquistarlo, pero era claro que a él, quien le interesaba para algo más que amistad era Pat, y ella no hacía más que ignorar sus pretensiones, definitivamente no era el tipo de chico que a ella le gustara; Aún así, y por ganar una apuesta hecha a manera de broma entre las dos chicas, Pat terminó aceptándolo.
Ganó la apuesta, ganó al chico más codiciado y ganó aunque aún no lo sabía, la historia más extraña y contradictoria que jamás la mente más perversa pudo imaginar. Los caminos de ambos se cruzaron, se fusionaron una mañana de Septiembre, y para bien o para mal, quedaron unidos para siempre, aún dentro de la ausencia.
Pat y Joshep se tomaron de la mano y se echaron a caminar, con la ilusión de no separarse jamás. Convencida de que lo que vivía no era lo que ella quería para sí, siguió por el sendero que el destino le había asignado, empacó las ganas de vivir y se alejó de aquel hogar que le brindaba seguridad y confianza para iniciar un nuevo hogar al lado de Joshep.
Ella se fue un día cualquiera de invierno. tomó sus cosas y se marchó persiguiendo un sueño que seguramente nunca encontró. Se marcho con una gran sonrisa dibujada en su rostro y nunca, nadie la volvió a ver.

Fin.

martes, 19 de enero de 2016

Parte 20. Entre la realidad y las fantasías de Patsy.

Capítulo anterior

Después de aquella carta, ella no volvió a saber de él, y Pat siguió su camino de risas, melancolías y conquistas. Panoramas diferentes, caras distintas, ilusiones que nacen y mueren, sonrisas que aparecen de la nada y se borran entre suspiros cuando regresa el recuerdo de un hombre de pelo largo recostado en un mágico jardín.
Llegó Septiembre, un nuevo ciclo escolar está por comenzar y ella, hace los preparativos necesarios para volver a la escuela después de unas largas vacaciones, que pasaron sin haber dejado mucho que agregar a la historia de su vida, los días de vacaciones pasaron lentos y aburridos -más que nunca- y el regreso a clases prometía nuevas oportunidades para divertirse haciendo las típicas travesuras de escuela que tanto gustaban a Pat.
7:30 A.M. Patsy camina por la calle empedrada y sitiada por altos y frondosos árboles, que a la luz del sol matinal parece que reflejan y desprenden energías desconocidas. Era el primer día de clases y los alumnos no estaban obligados a llevar uniforme; Pat se puso aquel hermoso vertido rojo que tanto le gustaba, era ideal para aquel día, seguramente habría chicos nuevos a los que ella tenía que causarles una muy buena impresión -La coquetería era lo primero-
Cruzó la puerta de entrada del colegio buscando entre caras nuevas y conocidas, aquellas de quienes consideraba sus amigos de años anteriores. Ahí estaba Angie su mejor amiga sentada en la banca de siempre, pero no estaba sola, la acompañaba un desconocido, un chico al que habían cambiado de escuela y que desde ahora compartiría las aulas, los jardines y hasta los mismos maestros  con ellas. A Pat le resulto un poco incómodo y hasta molesto verlo sentado junto a su amiga platicando con ella con tanta confianza ¿Se conocían de antes? sintió una punzada pensando que aquel joven pudiera interferir y hasta terminar  con aquella amistad entre ellas. La relación entre las dos chicas hasta ahora no había permitido a ningún chico, era sólo de ellas, era cerrada y no había cupo para más de dos.
Patsy se acerco a ellos con una sonrisa y cierta amabilidad tratando de ocultar el celo que sentía. Angie se abalanzó sobre ella para abrazarla con gran entusiasmo al tiempo que decía
-Pat, llegas tarde. ¡Niña, que es el primer día de clases! al menos hoy se debe llegar a tiempo.-
-¡No es tarde! Y... ¿quién es él?
Ella no pudo ocultar su descontento, la presencia de Joshep no le hacía nada feliz, pero más le valía que se hiciera a la idea que, de ahora en adelante ya no eran solo Angie y ella, ahora eran tres y al parecer no habría manera de zafarse de aquel tipo que, a primera vista podía percibirse que era el chico más pedante y ordinario que existía en toda la escuela. -Al menos así le parecía a Pat- Pero a veces la vida tiene sus formas extrañas para colocarnos donde debemos estar y unirnos con las personas que por su capricho, se quedarán para siempre en el sendero que nos toca recorrer, y aún cuando Pat todavía no lo sabía, Joshep había llegado para quedarse, él era el protagonista en la novela que el destino había escrito para ella, desde que nació.

sábado, 16 de enero de 2016

Las mariposas se marcharon

Ya no siento el revolotear de las mariposas en mi interior,
las amedrentó tu cruel indiferencia y sin decir adiós se marcharon

No volveré a decir que lo amo.


Me declaro incompetente para despertarle nuevamente al amor. Hablar de sentimientos con usted, es tan absurdo, como hablar de colores con un ciego; Ya no voy a hablarle de amor, en verdad no tiene ningún caso.
Inútil empeño el mío, es el querer dar vida a un corazón incapaz de amar y endurecido por las circunstancias o, por el conjuro de hechiceras diabólicas que le sometieron a grandes torturas emocionales hasta convertirlo en roca.
No voy a volver a decir que lo amo. Ni de cerca, susurrándoselo al oído, ni de lejos, gritándolo en la distancia. No volveré a decir te amo aunque muera por gritarlo.

viernes, 15 de enero de 2016

Cuando escribo...



En medio del sentimiento que brota del corazón y se vuelve palabras, eres sólo mío; Por eso cuando escribo, puedo ponerte en un pedestal tan alto que te permita acariciar el cielo. Pero en la realidad, y al ver tu indiferencia, quisiera enterrarte en la grieta más oscura y profunda del infierno.

El sueño se convierte en letras, eres hermoso; Por eso cuando escribo puedo poner mil cualidades en ti para hacerte perfecto. Te describo con palabras simples como un adonis impecable y agraciado porque te amo. Pero cuando la decepción del desamor y la realidad me obligan a verte tal cual eres, descubro que tu belleza es sólo la percepción de unos ojos cegados por el amor.

Mis anhelos se vuelven vocales y consonantes, eres excelso; Por eso cuando escribo te pongo en un altar, y al concebirte como un ser divino, te ofrendo hasta mi vida. Pero al sentir el desengaño producido por tu abandono, te descubro ínfimo y miserable,  te declaro incapaz de merecer el valor y la sensibilidad que yo poseo.

Cuando escribo, entre mis letras lo eres todo, pero en la realidad no eres nada.

Quédate conmigo

Quédate conmigo, prometo hacer de tu vida una eterna primavera.
Quédate conmigo, juro que lleno de amor tus días y de ternura y pasión tus noches.
Te aseguro que la vida entre dos puede ser perfecta... Sólo quédate conmigo y te lo demuestro.

lunes, 4 de enero de 2016

Sin encontrar el eje.



Juró que he intentado salir adelante, que he hecho lo humanamente posible por continuar con mi vida mirando siempre al frente. Juro que he buscado el eje que centre mi vida.
No ha resultado nada fácil tratar de cambiar algunos malos hábitos en mi forma de vivir, cómo la mala costumbre de pensar con el corazón, entre otras cosas. He intentado por todos los medios dejar atrás el pasado, que solo me trae malos recuerdos, los buenos parecen haber desaparecido, y no es que no haya habido buenos momentos, ¡claro que los hubo! y fueron muchos, pero, por alguna razón suele ser sólo lo malo lo que se empeña en quedarse presente en todo momento.
Hice cambios en mi persona creyendo que eso ayudaría; me corte y teñí el cabello, baje de peso, intenté cambiar mi forma de vestir, salí, conocí gente nueva, me atreví a caminar por lugares diferentes, pasee, cambié de casa... hice mil cosas pero nada parece funcionar, sigo sin poder encontrar ni mi lugar ni el equilibrio.
Mi cabeza está a punto de incendiarse, de tanto pensar casi he matado hasta la última de mis neuronas, mi cerebro no da para más. Quizá la solución no está en el pensamiento, podría ser que esté en otro lado, en el corazón o la intuición... ¿pudiera ser no? La cosa es que si me dejo guiar por el corazón vuelvo a las malas prácticas de antaño y, me ha quedado claro que el corazón no es el mejor consejero, siempre me ha dado finales dramáticos.
No puedo negar que soy intuitiva, pero según mi cerebro, dejarse llevar por la intuición me convierte en un ser  básico, casi animal, que se mueve por instinto más que por inteligencia.
Y viene una vez más el conflicto que acrecienta más la incertidumbre, y vuelvo al mismo lugar dónde empecé. Y es cuando me pierdo en el limbo, en la nada, en un estado podría decirse vegetativo; dejando pasar los días tratando de no pensar, de no sentir, de no vivir.
Pero entonces vuelve la rebeldía sacudiéndome en cuerpo y alma, entonces vuelvo a la búsqueda del camino, vuelvo a las preguntas de siempre, vuelvo a intentar encontrar mi eje.
No pienso darme por vencida, en algún momento encontraré mi lugar en este mundo y el equilibrio volverá trayendo la paz que tanto necesito.  
Quizá el secreto está en encontrar el equilibrio entre la intuición, el pensamiento y el corazón.

Parte 19. Entre la realidad y las fantasías de Patsy.

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Silencio. Él no dijo nada, parecía estar intentando comprender las palabras que ella había pronunciado. Apenas después de unos segundos que parecieron horas y justo cuando ella pensada dar por terminada la llamada
-Voy para tu casa en éste momento, esto tenemos que hablarlo personalmente.-
Pat sintió que el corazón latía muy fuerte.
-¡No! esto terminó, no hay nada más que hablar.-
Colgó el teléfono sin dar oportunidad a una sola palabra más. La chica había tomado una decisión y no había marcha atrás. Así era ella, decidida y drástica. Algunos podrían tomarla como una bruja egoísta y mala, sin sentimiento alguno, pero en verdad es que ella sólo tenía miedo, y el miedo nos vuelve feroces en ciertas ocasiones.
Todo parecía volver a la normalidad. La escuela, los amigos y compañeros, las peleas familiares... ya no había magia ni la ilusión provocada por un hombre, y así ella era feliz, dentro de un pequeño mundo que ella se creaba a su antojo. Así le gustaba y así sería el resto de su vida, lo que no era capaz de entender y manejar, simplemente no era algo que sirviera, era algo que sin más, saldría de su vida. Sí, nunca dejaría de ser una cobarde, aunque nadie supiera que lo era.
A menudo recordaba a Anthony, ella sin saberlo seguía alimentando la esperanza y esperando el gran milagro de verlo regresar. Con frecuencia caminaba por los lugares por los que habían caminado juntos. Volvía una y otra vez al jardín dónde lo conoció. Seguía conservando la magia, seguía siendo hermoso, mantenía la alfombra verde de césped salpicado de flores coloridas y bellas. aquél sitio se guardaba como lo que era, un rincón fantástico que algún día dio a luz al amor.
Pat pasaba días enteros perdida en su melancolía, cumpliendo con sus obligaciones encerrada en su cuarto recordando, llorando, tratando de comprender porque Anthony no la había podido amar con la misma intensidad y devoción que ella le amaba.
Y después de la melancolía, venía la euforia; la felicidad desbordante, la plenitud y el optimismo que la caracterizaba y que quienes la conocían admiraban. Había a aprendido a manejar una dualidad que la ayudaría a sobrevivir el resto de su vida, pero que también la mantendría presa.
Los días pasaron y Esteban parecía haberse dado por vencido. Y a ella le daba por pensar que al final no le había importado tanto como pretendió hacerle creer. Lo que ella no sabía es que por increíble que pudiera parecer, le había roto el corazón.
Unas semanas más tarde, un miércoles el cartero trajo consigo un sobre azul, una carta que no se espera, una carta a destiempo. En cuanto ella lo vio sobre la mesa, sintió un vuelco en el corazón, se sintió confundida y temerosa; se acercó lentamente y se mantuvo mirando el sobre por un momento, primero pensó en tomarlo y tirarlo en el basurero sin siquiera abrirlo, después de todo ella ya no quería nada con él pero, al final terminó tomando el sobre entre sus manos y se dirigió a su habitación para leerla.

Querida y recordada Patsy:
Han pasado muchos días desde que hablamos por última vez, este tiempo me ha servido para reflexionar sobre lo "nuestro" o debo decir lo mío, porque llegué a la conclusión de que aunque sea ridículo para ti no fui más que un juego.
Cada noche, cuando estoy solo en mi cama vuelvo a pensar en cómo se dieron las cosas, y cada noche vuelvo a sentir rabia y frustración, todo esto ha sido totalmente ilógico. Lo normal habría sido que yo, teniendo la experiencia que la edad me ha dado, fuera quien se divirtiera contigo, pero no fue así, al contrario, me enamoré perdidamente y en verdad te quería en mi vida para siempre.
Debes estarte riendo y disfrutando de mis tontas palabras ¡hazlo! pero aunque no te deseo ningún mal, por ley de la vida, algún día te lamentarás de haber jugado conmigo.

                                                                                     Siempre tuyo, Esteban.

sábado, 2 de enero de 2016

Le di tanto.



Lo dejé escribir con sus manos sobre mi piel, deseaba que en mi cuerpo encontrara siempre una página en blanco, para escribir en ella un cuento diferente cada amanecer.

Le permití ver la luz de mi alma, mi intención era iluminar su espíritu por el resto de sus días y sus noches, mi intención era darle calor lo que a usted le quedaba de vida.

Lo admití en mi corazón, quería que fuera su hogar, anhelaba que en él encontrara un puerto seguro al cual volver cada anochecer.

Le amé como sólo se ama una vez en la vida, poniéndole un altar y jurando no olvidarlo jamás. Le amo tanto ni aún la muerte me hará dejarlo de amar.

Le di tanto y él dio tan poco, que un día deje de esperarlo... Pero la estúpida esperanza no me deja alejarme y decir adiós.

Parte 18 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

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Pat dejo de responder sus cartas y sus llamadas, llegó el día en que ella, aprovechó un viaje corto que hizo su padre, para no estar aquel fin de semana en la ciudad, no quería verlo. Los días que duró el viaje ella se sintió liberada, tan plena y feliz como sólo puede estar una adolescente de su edad. Su única preocupación fue disfrutar la compañía de gente nueva, en un sitio que nada tenía que ver con los sitios por los que a diario caminaba y frecuentaba.
Nada en la vida es eterno, y lo bueno es lo que por lo general dura menos. Era domingo por la tarde, había que emprender el viaje de regreso, no se puede huir de los problemas, y esto lo estaba aprendiendo la dulce Pat, La única manera de terminar con el asunto aquel de Esteban era enfrentándolo, hablando con él directamente y decirle que aquel asunto entre los dos había terminado. -Sin embargo ella procuró por todos los medios posibles retrasar el viaje de regreso-
Después de unas cuatro horas de camino y ya entrada la oscuridad Pat y su padre estuvieron de regreso en casa. Ella estaba cansada pero feliz, esos días fuera de casa le habían inyectado vitalidad y alegría.
Para su buena suerte -pensó Patsy- a su llegada Esteban, que había pasado el domingo con la madre y hermano de ella, ya se había ido, y seguramente ya había emprendido el viaje de regreso a su lugar de origen. Error, él aún estaba en la ciudad, para ser exacta en el aeropuerto, desde donde hizo una última llamada telefónica con la esperanza de poder hablar con Pat.
Habrán sido las once de la noche cuando, sonó el teléfono, Patsy ya estaba en cama dispuesta a dormir, cuando su padre golpeó la puerta de la habitación, entró sin esperar respuesta
-Pat, Esteban te habla por teléfono-
Sintió una extraña sensación, el miedo se apoderó de ella. -fingió estar dormida- supuso que su padre regresaría por donde vino y milagrosamente se habría salvado de hablar con Esteban esa noche, no era momento para hablar con él, o al menos eso pensó ella tratando de encontrar justificación al miedo que le provocaba tan solo pensar en tener que enfrentarlo y dar explicaciones sobre su conducta y el motivo de porque ya no quería verlo. Era difícil explicar algo que no ella misma entendía.
-Pat, no te hagas la dormida. ¡Ve y responde el teléfono!-
Comprendió que no le quedaba más remedio que levantarse y responder la llamada.
-Hola Esteba-
-Hola Pat, buenas noches. ¿Te divertiste en tu viaje?-
Sintió enfado al escucharlo tan tranquilo, como si no pasara nada, como si no comprendiera que ella ya no quería saber más de él. El miedo se transformó en enojo, eso es lo que necesitaba para poder decir lo que pensaba. De un sopetón y sin tantas vueltas le soltó lo que estaba pensando
-Esteban, esto se acabó, ya no quiero verte ni saber más de ti.-

viernes, 1 de enero de 2016

Parte 17 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

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En aquel momento no comprendió y no hubo tiempo de hacerlo, Esteban se aproximó a ella y la beso muy dulcemente, un beso con el que parecía prometer que las palabras que acababa de pronunciar eran una promesa, un juramento hecho a las puertas de la iglesia y que pensaba cumplir.
Después de ese beso, volvieron a casa, durante el camino ella se mantuvo pensativa, no era que aquel beso no hubiera sido hermoso ni fuera de lugar y tiempo, pero a ella de inquietaban las palabras de él, seguía intentando asimilarlas, sus pensamientos y su silencio sólo era interrumpido por las preguntas de Esteba, que se repitieron sin cesar.
-¿Estás bien?-
-¿Pasa algo?-
Cuantas veces él preguntó, la respuesta de ella siempre fue
-no pasa nada, estoy bien-
Esteban decidió guardar silencio y se metió en sus pensamientos, su capacidad de discernimiento no bastaba para comprender que estaba pasando, la experiencia que poseía no era suficiente para entender. ¿Acaso la había ofendido con su beso? era la pregunta que giraba en su cabeza. Cierto era que ella era muy joven pero... ¿Cómo podría haberle faltado al besarla tan dulcemente, como lo había hecho?
Por fin llegaron a casa, era poco antes de la hora en que él hubiera prometido llevarla de regreso. Habría deseado quedarse un poco más para seguir disfrutando de la compañía tan grata que le brindaba la dulce mujercita, pero debido a la inseguridad que la actitud de ella le provocaba, decidió despedirse apenas entregó a Patsy con sus padres. Ella no hizo el menos esfuerzo por retenerlo, se despidió de él sin mucho ánimo y sin decir palabra se retiró a su dormitorio.
Entró en su habitación, de un solo salto se tumbó en la cama y comenzó a repasar los acontecimientos del día - a ella le encantaba analizarlo todo, lo bueno y lo malo- Recordó hasta el último segundo, la última palabra, el último detalle. De pronto se sintió ansiosa, recordar las palabras que él dijo fuera de la iglesia la llenaron de incertidumbre, de dudas. Ella no había pensado jamás en casarse, al menos no por el momento. El miedo se apoderó de ella, y el hombre que hasta esa mañana le parecía un sueño, de pronto lo sintió amenazador.
Aquellas palabras pronunciadas por él "Aquí nos vamos a casar algún día" parecían una amenaza aterradora. En ese momento dentro de ella se encendió una luz roja en su cerebro, ese hombre era peligroso y debía alejarlo a como diera lugar. -Vaya forma que tiene una chiquilla de quince años de percibir las cosas.-
Las llamadas por teléfono empezaron a hacerse más frecuentes, a pesar de que ella era cortante en sus conversaciones. Él viajaba cada fin de semana a visitarla, procurando tratarla de manera cortes y lo más delicada posible, buscaba por todos los medios ganar su corazón, pero ella cada vez se mostraba más intolerante hacia él.
Cada miércoles el cartero entregaba un sobre azul que contenía una de las hermosas cartas que él solía escribir, tal vez si una sola de aquellas cartas hubiera llegado años más tarde ella la habría valorado, pero no en ese momento, al contrario, para ella se volvieron una molestia.