martes, 21 de abril de 2015

Una reflexión

Por  años me senté a ver la vida pasar, convencida que el destino estaba escrito y que era imposible cambiarlo, supuse equivocadamente que todos los sucesos estaban sujetos a un plan misterioso y hasta cierto punto macabro -como suelo decir- pero la realidad es que aunque hay ciertos acontecimientos  que sí se encuentran marcados en el camino y es obligatorio vivirlos somos nosotros los que escribimos nuestro destino, nosotros con nuestras decisiones vamos dando pauta a lo que vendrá mañana, qué cómodo resulta culpar al destino por nuestros temores y  por nuestra incapacidad para construir día a día una vida a la medida que nos haga felices.

Me senté y efectivamente la vida me llevó por dónde quiso llevarme menos a donde yo  quería llegar y me conformé por mucho tiempo, pero la vida se va demasiado a prisa y hoy me doy cuenta que no he vivido, me he perdido de tantas cosas por no haber tenido la valentía y el coraje de tomar decisiones, de arriesgarme y lanzarme al vacío sin paracaídas confiando en mis capacidades y mi fuerza para salir adelante y airosa bajo cualquier circunstancia.

Hasta en el amor viví un tanto como espectadora, tome el amor de quienes me han querido quizá porque creí también que el destino me había puesto a esos hombres en mi camino para amarlos y los amé de alguna manera sin que ninguno de los dos fueran exactamente el amor de mi vida aún cuando fueron grandes amores para mí.

Hoy no sirve de nada lamentarme, nada puede devolverme el tiempo perdido y la única manera que encuentro de resarcir un poco  el daño que me hice es decidiéndome  a vivir plenamente sin permitir que nada ni nadie me corte las alas para volar y alcanzar mis sueño.

Quiero aprender a vivir sin remordimientos ni limitaciones, ya se me fue la vida haciendo lo que otros consideran lo correcto y lo que supuse que era lo que marcaba el destino.

Me dejaste ir


lunes, 13 de abril de 2015

Parte 14 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

Él se levanto y sin pensarlo se acerco a Don Guillermo para saludarlo efusivamente pero con gran respeto con un apretón de mano, tomaron asiento Pat estaba oculta tras la puerta de la biblioteca para no perder detalle alguno de lo que ellos hablarían.
Esteban formal como siempre inició su pequeño discurso: Don Guillermo quiero pedir permiso para visitar a Patsy todos los fines de semana, con el fin de conocernos y quizá más delante poder ser su novio. Hubo un breve silencio, Pat estaba impaciente esperando escuchar la respuesta de su padre, pero al mismo tiempo estaba impactada por lo que Esteban había dicho.
¿Era en serio esto de pedir permiso para visitarla? vaya, pues este hombre parecía venir de otro planeta, para ella era una novedad que un hombre se tomara tanta ceremonia y formalidad para visitarla, los chicos que hasta ahora la habían pretendido jamás habían necesitado un permiso para hacerlo.
De pronto el silencio fue interrumpido por las palabras de Don Guillermo cuando dijo que tenía su permiso y soltó un discurso de esos que acostumbraba decir cuando estaba dando instrucciones de cómo debían hacerse las cosas. Patsy ya conocía ese sermón perfectamente y mientras escuchaba trataba de imitar de forma un tanto burlesca a su padre. Seguía siendo una niña jugando a ser mujer.
Una vez terminada la letanía Don Guillermo llamó a Patsy, le explico muy de paso que él había dado su consentimiento para que la pareja pudiera verse y tratarse, aún no salía de su asombro, pero eso no importaba, lo que realmente importaba era que Esteban podía ir a verla. Por último antes que su padre se retirara el hombre pregunto si los dos podían salir a caminar un poco, ya no respondió nada, solo volteó y asintió con la cabeza al tiempo que movía su mano indicando que se fueran.
Sin pensarlo se dirigieron a la puerta y salieron a las calles bien conocidas por Patsy después de haberlas recorrido tantas veces. Caminaron guardando cierta distancia entre ellos como si fueran dos desconocidos que acaban de conocerse.
Sus pasos los llevaron sin darse cuenta al Jardín de Pat, aquel que en algún momento había sido cómplice fiel de los momentos mágicos del amor entre ella y Anthony, ella miró el lugar con cierta nostalgia y se perdió entre recuerdos por un momento, Esteban que se percató de inmediato y aunque no comprendió lo que le pasaba, enseguida llamó la atención de ella tocando su cabello sacándola así de sus pensamientos. Un tanto nerviosa soltó una carcajada al tiempo que volteaba hacía él.
-Me asustaste-
-Lo siento no era mi intensión ¿te gustaría sentarte un momento?-
¡No! este lugar no me gusta ¡vámonos!
Pat tomo de la mano a Esteban y camino por delante mientras lo animaba a seguirla.

domingo, 12 de abril de 2015

El pasado vuelve

Ya paso  tanto tiempo y  sigo encontrando en cada cajón los mensajes de amor que un día me dejaste,  quisiera  olvidarte, necesito  olvidar todo lo que me hace sufrir pero el pasado sigue empeñándose en quererme alcanzar.

No sólo eres tú quien no quiere entender que te fuiste, está volviendo gente que dejé atrás y con ella mil recuerdos que creí haber guardado en algún lugar del corazón... ahí donde ya no dolieran.

El pasado me está alcanzando y llega abriendo viejas heridas que creí cicatrizadas ¿hasta cuándo sanaran por completo? Ojalá se pudiera borrar de la memoria todo lo que nos daña, como se borra de un pizarrón lo que ya no se necesita.

Los tiempos idos regresan exigiéndome revivir ausencias y pérdidas, vuelve pretendiendo hacerme volver a él.

Aún así... Te amo

Este amor resulto ser más lagrimas que alegrías, terminó siendo un sueño al que le faltaron alas para poder volar, perdón amor pero no supe ponerte las alas que necesitas para  escapar de la prisión en la que has estado atrapado tanto tiempo, no pude darte motivos necesarios para huir, y aún así... Te amo.

El amor del hombre de la guitarra terminó  siendo como el horizonte imposible de alcanzar, por más que el corazón trató de convencerme de lo contrario no quise entender que mi empeño terminaría llenando mis días de incertidumbre y desolación, y aún así... Te amo.

El hombre de la guitarra fue el espejismo de un oasis  en el desierto de mi alma y mi vida, pero debo aceptar que perdí, con él siempre perderé, por eso es mejor poner punto final a este sueño carente de cimientos y futuro,  y aún así... Te amo.

No será fácil matar las ilusiones pero podré conseguirlo aunque se me vaya la vida entera en el intento, y aún así... Siempre te amaré.

viernes, 10 de abril de 2015

Parte 13 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

Puede parecer que el tiempo no avanza, pero lo cierto es que nada lo detiene y el tan deseado día por fin llegó. Aquel día Pat hecha un manojo de nervios desde muy temprano se probó toda la ropa del armario buscando qué ponerse e intentó con diferentes peinados, rizo sus pestañas y hasta uso un poco de color en sus labios, eso era algo raro en ella, hasta ahora nunca se había preocupado tanto por su apariencia, ella se sentía hermosa sin necesidad de arreglo alguno.
Aquella tarde de otoño aunque se sentía un poco de frío, parecía ideal para un reencuentro entre dos almas que habían estado intentando escribir un cuento hermoso metido en sobres durante un tiempo.
Durante la espera Patsy se puso frente al espejo, ensayo mil poses e intento encontrar las mejores palabras y tono de voz con el que pudiera impactarlo a la hora de saludar, definitivamente ahora sí que se le había perdido una neurona a la chiquilla.  
De pronto se escucho alguien llamando a la puerta ¡llegó! pensó Pat y corrió hacia la puerta, se detuvo, respiró profundamente antes de abrir procurando tranquilizarse para no parecer ansiosa, y al abrir la puerta dibujó en su rostro la que consideró  mejor sonrisa.
A simple vista se notaba la emoción que la invadía en aquel momento en tanto que Esteban se encontraba de lo más sereno, o al menos eso parecía. Por supuesto no podía ser de otro modo, a sus treinta años ya contaba con suficiente experiencia como para que le afectara visitar a una chica.
Con la formalidad que lo caracterizaba estrechó fuertemente la mano de Pat al tiempo que la acercaba a su boca para besarla
-buenas tardes princesa ¿se encuentra en casa tu padre?-
¿Mi padre? preguntó extrañada, estaba segura que él visitaba la casa únicamente para verla a ella -decepción total- Sin embargo ella asintió con la cabeza y sin palabras le invitó a pasar, le pidió que tomara asiento en el salón y se dirigió al dormitorio de su padre donde él cómodamente mantenía la nariz y la atención metidas en uno de los tantos libros gordos que acostumbraba leer por largas horas.
-Papá, Esteban quiere hablar contigo-
Después de un momento su padre con toda calma, su padre levantó la vista hacia ella, tomó el separador de su libro para marcar la página en la que estaba, cerró el libro, se incorporó de su sillón y se dirigió al salón donde Esteban aguardaba.

miércoles, 8 de abril de 2015

Promesa




Te dejé grabada  en la piel la promesa de regresar, pero  hoy no estoy segura de querer volver, la distancia está poniendo realidad donde antes había magia y fantasía.

Te amo pero mi amor se está enfermando  de soledad, de esa sensación de abandono que termina matando al  sentimiento.

Estoy acostumbrándome a no esperar nada de ti, la esperanza de una vida a tu lado y un mundo para dos está quedando olvidada.

Mi promesa de volver siempre a tus brazos quedo grabada en una piel censurada por un pensamiento y  convicciones  heredadas y yo... yo me niego rotundamente a ser parte de  ideas y criterios que me impidan volar y ser feliz.

No quiero mantener una promesa hecha a un fantasma  que se permite solo reencarnar cuando recuerda lo que es ser un humano capaz de soñar sentir y ser feliz.

Ya no estoy segura de querer volver a tus brazos aunque te ame como nunca antes lo había hecho pero, Yo quiero vivir... me niego a morir esperando por ti que un día me das vida y al siguiente me la quitas.

sábado, 4 de abril de 2015

Hueles a...

Hueles a amor, a sueños, y a deseo.
Hueles a flores, a lluvia y hierba mojada.
Hueles a felicidad y vida.

viernes, 3 de abril de 2015

Parte 12 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

Ese fue el inicio de algo especial que surgió entre letras y hojas de papel perfectamente dobladas y guardadas en  sobres de color azul y sobres perfumados.
Patsy jamás imaginó que pudieran decirse tantas cosas de esa manera y mucho menos  que pudiera nacer un sentimiento, a grado tal que llego a sentirse locamente enamorada por la pluma del hombre que escribía tantas cosas hermosas.
La ilusión y la emoción de la espera entre una carta y otra le agregaba un toque único y especial a esta experiencia.
Después de algunos meses de sostener comunicación escrita una noche sonó el timbre del teléfono, al otro lado de la línea se escuchó una voz masculina
-Buenas noches, me comunica con Don Guillermo por favor-
Robert había tomado la llamada, y sin decir nada se volvió a ver a su padre
-Te llaman papá-
Don Guillermo tomo el auricular y con cierta agradable  sorpresa saludó a quien quiera que estuviera al otro lado, charlaron por un momento y después de un momento colgó, miró a Pat y con voz serena dijo
-Patsy, el fin de semana te viene a visitar Esteban-
Ella quedó muda por un momento como si no hubiera comprendido lo que su padre acababa de decirle, de pronto su rostro se iluminó y su boca de curvó en una sonrisa ilusionada. Por fin volvería a ver a aquel hombre que había conseguido despertar el  interés y las ilusiones de la chica.
Apenas era martes, faltaban cuatro  días para el sábado que es cuando él llegaría, para ella dadas las circunstancias le parecía una eternidad el tiempo que faltaba para ese día, aún así no le quedaba más remedio que armarse de paciencia y esperar.
Esa noche no pudo conciliar el sueño pensando en lo lindo que sería volver a tener a Esteban frente a ella... Y venía de tan lejos a visitarla, eso era lo mejor, lo que la hacía sentirse importante.
Por la mañana se preparó para ir a la escuela, moría por contar a sus amigas sobre la visita que vendría a verla. Seguramente las compañeras no creerían lo que les iba a contar, parecía como un cuento de hadas totalmente increíble.
El tiempo corría más lento que de costumbre, más lento que cuando ella esperaba el día de su cumpleaños o el día de navidad por aquello de los regalos. Miraba constantemente el reloj esperando que las horas se fueran más de prisa, pero nada, cada vez que lo hacía apenas habían pasado cinco o diez minutos, a este paso nunca llegaría el Sábado.

miércoles, 1 de abril de 2015

Parte 11 Entre la realidad y las fantasías de Patsy


Las vacaciones terminaron y la familia regreso a la ciudad  todo volvía a la rutina:  la escuela,  el trabajo, las actividades de siempre la vida continuaba sin cambios aparentes. Pero algo no andaba bien, Pat no paraba de pensar en aquel hombre vestido de blanco del muelle. Pareciera que aquella tarde su conversación le había suavizado el corazón, o tal vez la idea de no volverlo a ver y saberlo tan lejano le provocaba cierta nostalgia. ¿Qué estaba pasando?
El sol y la luna iban y venían en perfecta sincronización completando días y semanas que transcurrían pesadamente ante la espera de noticias de Esteban.
Patsy no dejaba de recordar las últimas palabras de él: ¿podré escribirte? y  revisaba  cada día el correo en espera de una carta que se negaba a llegar. La desilusión la invadía, pero se negaba a pensar siquiera  que la había olvidado. Quizá no había escrito correctamente la dirección... y ¿si la carta se extravió?
Había pasado casi un mes y Pat ya se estaba haciendo a la idea de que Esteban no escribiría cuando  llegó un la tan anhelada carta. Era un sobre de color azul, los nombres y direcciones del destinatario y el remitente estaban escritos de manera  impecable, sin faltas de ortografía y con letra manuscrita perfectamente legible.
Desde antes de abrir el sobre Patsy lo miró por un largo rato primero por un lado y después por el otro, estaba visiblemente emocionada. Después de asimilar que era real, que la carta que tenía entre sus manos era real, se dirigió a toda prisa a su dormitorio, de un salto se acomodó sobre la cama y abrió el sobre con mucho cuidado para no dañarlo.
Leyó una y otra vez cada palabra que se encontraba escrita en aquel que al igual que el sobre era de color azul. Le decía cosas tan lindas, de esas que pocas veces le habían dicho; o quizá era que ella quien en  pocas ocasiones había tenido la disposición para prestar atención a esas palabras y su significado.
Más tarde cuando logró asimilar todo cuanto le decía Esteban, ella se dirigió al pequeño cajón de su escritorio donde guardaba como tesoros una gran cantidad de hojas de papel estampadas con hermosas imágenes de fondo que ella coleccionaba desde hacía algún tiempo; escogió con cuidado la que en ese momento le pareció la más bonita y comenzó a escribir.
Era la primera vez que ella escribía una carta, por lo que su nerviosismo no le permitía pensar con claridad todo lo que deseaba decir. Después de varios intentos fallidos y desechar varias hojas de aquel papel tan preciado, logro aclarar las ideas y con toda soltura consiguió terminar aquella carta; la dobló cuidadosamente, la roció de su mejor perfume, selló el sobre, anotó los datos y salió corriendo a la oficina de correos para enviarla.
De regreso caminó lento, fantaseaba sabrá dios que cosas mientras pateaba pequeñas piedras que encontraba a su paso...

Lo correcto


Qué difícil es hacer lo correcto 
cuando lo correcto es dejar a quien tanto se ama

Siempre supe...


Siempre supe que terminaría llorando
aún así quise robarle a la vida un sueño