sábado, 24 de enero de 2015

Me despedí




Me despedí de este amor que se limitaba a cuatro paredes y terminaba al abrir la puerta, me despedí de  un amor sin futuro, de un sentimiento enfermo condenado al fracaso.
Y dije adiós a sus labios y sus besos,  sus manos y sus caricias, a sus ojos y sus miradas. En fin que le dije adiós a todo lo que de él amaba, porque yo quería escribir una historia a su lado y él solo buscaba  cama.
Me despedí de él como debía hacerlo: Mirándole a los ojos, con el alma en la mano y el cuerpo desnudo.

Me despedí de él, mas  no sin antes decirle que lo adoro, sabiendo que lloraría le dije adiós, y cerré la puerta.


domingo, 18 de enero de 2015

Yo sé.


Parte 6 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

La vida continuo como siempre, nada había cambiado en ella, los días seguían a las noches y a las noches  los días, a nada ni a nadie le importaba lo que le sucedía a Patsy, por primera vez le habían roto el corazón y su mundo se había derrumbado; era la primera lección sobre el amor que le estaba dando la vida. Había entendido que el amor no es para siempre, al menos no  este.
Después de Anthony, vinieron otros que aspiraron a conquistar el frágil y roto corazón de Pat, pero ella se había vuelto desconfiada, no olvidaba que la habían despreciado y abandonado antes y esto la hacía limitarse, por lo que alcanzar sus sentimientos,  resulto tarea casi imposible  para todo aquel que  tuvo la osadía de pretenderla.
Pasaron dos años y ella seguía pensando en aquel chico del pelo largo, parecía que había sido apenas ayer que él le había dicho: " No pequeña, la cosa no es así, será mejor que te marches" y ella lloró  con tanta frecuencia que con sus lagrimas bien habría podido regar un jardín... el jardín mágico donde lo conoció.
El padre de Pat la llevo un día a una de las reuniones a las que acostumbraba asistir, y en aquel lugar le presento a un doctor amigo suyo. Humberto tenía veintiocho años, era un hombre alto, robusto, de presencia un tanto imponente, vestido pulcramente,  bien afeitado y perfumado; su personalidad atraía las miradas y los anhelos de cuanta mujer soltera estaba cerca de él, pero para la chiquilla era solo un hombre mayor que no llamaba su atención.
Aquella noche Humberto no se separó de Pat ni un solo minuto;  desde el primer momento se propuso captar toda su atención a como diera lugar. Inició hablando sobre la quemadura de sol que ella presentaba, causa de un fin de semana pasado en una casa que se encontraba a orillas del mar y que era propiedad de los padres una amiga. Siguió con temas diversos que pasaron desde sus actividades en el  trabajo, sus pasatiempos y sus gustos y, por supuesto no faltaron los piropos dedicados a la chiquilla.
Pat intento alejarse varías veces sin éxito, le resultaba insoportable,  aburrido y petulante.
¿Hasta cuándo se va a cansar de hablar? pensaba mientras su mirada recorría el lugar buscando el mejor momento de escabullirse y des hacerse de la nefasta compañía de aquel "viejo" (como le  dio a ella por llamarlo)
Los días posteriores a esa noche, Humberto inicio las visitas frecuentas a casa de Pat. La mayoría de las veces ella lograba esconderse apenas notaba que llegaba, 

No te vayas.


Amándote


viernes, 9 de enero de 2015

Llegaste a desordenar



Parte 5 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

Pasaron los días, y luego las semanas, cada oportunidad que tenían se escapaban para poder verse; luego él empezó a visitarla en casa, aunque no por eso dejaban de ir con frecuencia a su sitio, el hermoso jardín en el parque. Ese lugar era especial, poseía toda la magia que los había unido.
Los padres de Patsy, aunque lo disimulaban muy bien, en el fondo jamás aprobaron que ella tuviera una relación con aquel chico, cuyo único pecado era estudiar psicología y tener el cabello largo, no importaba que tan educado fuera ni las buenas intenciones y el respeto que le profesaba a la chiquilla.
Anthony se mudó de la colonia y las visitas comenzaron a hacerse cada vez más esporádicas, por alguna razón aquello que sentía por ella estaba desapareciendo. Pero ella no quería dejarlo ir, él era su amor, su primer beso... su todo.
Con frecuencia Patsy se escapaba para ir a verlo. Al principio hablaban como siempre y las sesiones de besos eran largas, pero poco a poco él empezó a rechazarla sin explicación alguna, esto le rompía el corazón a la pobre Pat, que no comprendía que estaba sucediendo, pero no quería ni podía resignarse a perderlo.
En un intento descabellado por retenerlo,  una tarde fue a buscarlo, para suerte de ella, Anthony se encontraba solo en casa. Patsy se acerco a él lo beso como siempre, él era incapaz de negarse a los besos de la chiquilla, por lo que  se entrego a ellos sin protestar, después de un rato ella le susurro al oído.
< Hazme el amor, quiero ser tuya.
Él la aparto con delicadeza al tiempo que le decía
> No pequeña, la cosa no es así, será mejor que te marches.
Patsy no pudo contener las lagrimas, salió corriendo de la casa sin despedirse. Caminó sin rumbo por las calles, llorando amargamente, acababa de comprender que lo había perdido para siempre, que no lo volvería a ver.
Esa tarde Anthony la había rechazado,  le había roto el corazón, y eso era lo único que ella podía comprender.

Primero voló alegre, tan alto como las águilas y, de la noche a la mañana se encontró  en el abismo sin entender porque... lo único que logró entender  es que Anthony  se había marchado  de la misma forma silenciosa como llegó, se alejó, llevándose la alegría y las ilusiones ¿qué hice mal? se pregunto una y  mil veces, sin encontrar respuesta... la vida no volvió a ser igual para ella, sin embargo su recuerdo se quedo prendido en su  corazón para acompañarla la vida entera.

jueves, 8 de enero de 2015

Parte 4 entre la realidad y las fantasías de Patsy

Lo mismo estaba pasando con Anthony, no paraba de recordarla, deseaba con ansias que llegara la tarde para ir a su encuentro, ésta vez no habría excusas, nada impediría que le robara un beso.
Llegada la hora y como si sus ganas de volver a verse estuvieran perfectamente sincronizadas, abrieron la puerta de sus casas y, salieron al mismo tiempo para reencontrarse en el lugar de siempre, (aquél jardín del parque) caminaron lento procurando controlar sus pies que querían correr. Esta vez los dos estuvieron puntuales, ninguno tuvo que esperar por el otro ni un  segundo. Por increíble que parezca ambos iban con la misma intención, entregar la sensibilidad en un beso.
Cuando estuvieron uno frente al otro, no hicieron falta las palabras, se miraron a los ojos y, con  miradas expresaron su deseo. Se tomaron de las manos acercándose lento el uno al otro hasta unir sus labios en un menudo y delicado beso. Patsy retrocedió avergonzada y emocionada, mientras Anthony trato de retenerla, en un intento por alargar el momento y deleitarse de lleno con sus labios tiernos e inexpertos.
La chiquilla, sentía su corazón latir muy fuerte, la emoción la hacía temblar, no comprendía bien que estaba sucediendo pero hasta ahora era la sensación más hermosa que jamás había experimentado en la vida; quería mas de esos labios pero su timidez le impedía expresar su deseo.
En ningún momento se soltaron las manos, se sentaron en el mismo lugar que ya parecía estar reservado para ellos y hasta tener sus nombres. Comenzaron a platicar las tonterías de siempre, a reír y jugar olvidándose del tiempo y todo lo que los rodeaba, incluyendo la gente que curiosa pasaba por ahí mirándoles de manera extraña.
Hubo un momento en que los dos -ya recostados en el césped- mirando al cielo se quedaron en silencio; Anthony se giro, recargo su cuerpo sobre su codo, la miró por un momento, se inclino hacia ella  y sin más, murmuro a su oído
> ¿quieres ser mi novia?
Ella no dijo nada, ni siquiera se movió, siguió mirando al cielo, como si no hubiera escuchado la pregunta o como si estuviera pensando la respuesta. Y de pronto, dando un grito se volvió hacia él, le dio un beso y dijo en voz alta
< ¡sí! sí quiero ser tu novia.

En ese momento pareció como si su entorno se hubiera iluminado con una luz mágica que avivó los colores y encendió  la fantasía. El amor había llegado a los dos, y a partir de ese momento fue como si se volvieran uno... 

martes, 6 de enero de 2015

Entre la realidad y las fantasías de Patsy parte III


Los días consecutivos y durante algún tiempo los dos sabían que tenían una cita cada tarde en el mismo lugar sin siquiera haberlo acordado, esa cita era un acuerdo de esos que no se hacen con palabras, un pacto de esos que se dan por entendidos y se firman con solo una mirada o una sonrisa.
Durante sus encuentros, hablaban sin parar, la magia no estaba en las palabras, el encanto provenía de las miradas, de morderse los labio deseando un beso, el embrujo procedía de  lo que sus cuerpos gritaban en silencio y del roce entre las manos... jugaban ingenuamente  ese maravilloso juego de la seducción.
Un día seguía al otro en vertiginosa carrera, aún así para ambos pareciera que las horas alejados transcurrían lentas e interminables, a diferencia del tiempo que pasaban juntos, que se hacía tan breve; cuando las primeras sombras de la noche se dejaban ver, Patsy se levantaba de prisa y corría... " Es tardísimo. Mis padres me van a matar" mientras él no la perdía de vista hasta que ella doblaba la esquina desapareciendo  de su mirada.
La premura con la que ella se escapaba siempre sin despedirse, era la cosa que más detestaba Anthony, echaba abajo sus planes de sorprenderla con un beso al despedirse. Soñaba y se perdía imaginando  lo que sería besar sus pueriles labios; esto se había convertido en una obsesión para él.
Una tarde más juntos y el beso no llegó... ¿acaso  ella no lo deseaba? o era solo que aún no era el momento ¿era tanta la ingenuidad y  la  inocencia  que no alcanzaba a darse cuenta que él  moría por esos labios rojos que incitantes, siempre sonreían? Pero para Patsy en el fondo deseaba  esa boca tanto como él; también imaginaba como sería tener esos labios rozando los suyos ¿cómo sería el primer beso?

Era Sábado y Patsy despertó muy temprano, aunque no era su costumbre hacerlo, por lo general acostumbraba despertar tarde los fines de semana. ¡Un nuevo  día! pensó ella mientras se estiraba y brincaba de la cama, sin embargo no era igual que los demás, parecía que el sol brilla mejor que nunca, el aire tenía un olor diferente y, los colores parecían más brillantes que de costumbre, de pronto el recuerdo de Anthony ocupó toda su atención y, las mariposas en su estómago no se hicieron esperar, algo estaba pasando, pero no lograba entender que era. Pasó toda la mañana mirando el reloj, esperando que llegara la hora de ver a ese hombre que ese día, no tenía la menor intención de salir de su cabeza y que no le permitía concentrarse en otra cosa que no fuera él...

lunes, 5 de enero de 2015

Entre la realidad y las fantasías de Patsy parte II

Esa tarde Anthony  cansado de estudiar, decidió salir a dar un paseo, necesitaba despejar la cabeza un poco para luego regresar a casa y volver a perderse en los libros. -Jamás imaginó lo que el destino le tenía preparado.-
Por un largo  rato caminó por las calles que aún eran desconocidas para él; cuando se dispuso a volver, de pronto en aquel prado, miro a la que para él era la chica más hermosa que sus ojos jamás habían visto. Detuvo su andar,  la miró embelesado  por  largo  rato, antes que ella notara su presencia; no podía creer lo que estaba viendo, aquella parecía una alucinación.
Quizá ella no era tan hermosa, pero para él, era el ser más bello del universo.
 Al sentirse descubierto, al igual que Patsy sintió que algo le oprimía el corazón y las cosquillas en el estómago no se hicieron esperar. Aquello parecía el inicio de una aventura fabulosa, pero había que aprovechar la ocasión. La vida a veces solo da una oportunidad, y no debía perderla.
Anthony lucho un momento contra  su timidez, se acerco a ella de prisa, en un intento por terminar con el temblor en sus piernas y el fuerte latir de su corazón sin ser notado por ella, lo que él no sabía es que Patsy estaba sintiendo exactamente lo mismo.
>Hola, ¿está linda la tarde verdad?
<Hola.  (Por primera vez Patsy no sabía que decir)
> ¿M e puedo sentar a tu lado? no vaya a ser que pase un ladrón y quiera robar                                      esos ojos tan lindos...
Patsy sonrió al tiempo que agachaba la cabeza pretendiendo esconder su linda carita.
Anthony continuo en un monologo,  tratando de conseguir que ella perdiera el miedo y se decidiera a hablar. Después de un rato ella se animó, a partir de ese momento  no paró de hablar; él parecía fascinado con la forma en que Patsy se desenvolvía, la manera de mover sus manos al hablar,  sus gestos, la alegría de su mirada... todo en ella le resultaba simplemente fascinante.

El tiempo se pasó rápidamente, sin darse cuenta ya se había hecho de noche; Patsy de pronto dio un salto al tiempo que decía: ¡Es tardísimo! mis padres van a matarme, caminando muy rápido  empezó a alejarse agitando su mano y diciendo hasta luego. Tony se paró de inmediato y trato de alcanzarla, para entonces ella ya corría por lo que solo atino a gritarle: "te veo mañana aquí mismo, por la tarde"

domingo, 4 de enero de 2015

Entre la realidad y las fantasías de Patsy parte I

Imagen tomada de: http://revistareplicante.com/


Y es aquí donde nacen  la realidad y las fantasías de Patsy...
Era una niña linda, su cuerpo ya tenía curvas y formas de mujer, aunque en el fondo era apenas una niña, contaba con tan solo doce años; a esta edad la vida es maravillosa y ella como toda adolescente estaba llena de ilusiones y hambre de comerse el mundo entero de un solo bocado.
Para ella la vida era color pastel, iniciaba el camino enfrentándolo  con su carita tierna, adornada por esa enorme e incansable sonrisa. Avanzando  de prisa y sin pausa,  mirando el mundo con esos ojos grandes color café que ostentaban una chispa de ingenuidad y picardía, sin dejar escapar detalle alguno.
La curiosidad superlativa que la regía, la llevaba a involucrarse en situaciones embarazosas de las que la mayoría de las veces salía bien librada con increíble  facilidad, aunque tendría que llegar el día en el que la suerte terminaría abandonándola.
Una tarde de Abril, estando sentada en el césped mirando la nada, sus ojos se encontraron con la mirada curiosa de un chico algo mayor que ella, el hombre la impresionó  con su varonil hermosura; de inmediato, despertaron en su estómago miles de mariposas, ante su ruidoso aleteo, y sin saber qué hacer, Patsy solo atinó a esbozar una enorme sonrisa al tiempo que sus mejillas se iluminaban con un poco de rubor que la hizo ver aún más hermosa.
El calor en su rostro y la humedad de sus manos la hicieron reaccionar, un minuto mirándolo  pareció  haber sido una eternidad, avergonzada bajó la mirada, creyendo que de esta manera él no se daría cuenta del impacto que su presencia  le causó; intento saber que era esa extraña sensación desconocida para ella y, que por primera vez la invadía.
Anthony era nuevo en el barrio, llevaba tan solo unos días viviendo allí, a diferencia de Patsy, que había vivido allí desde que nació. El era un chico de dieciocho años muy atractivo, alto y delgado, su cara tenía rasgos muy finos, sus  labios eran carnosos  y  al sonreír dejaban al descubierto la blancura y perfección de sus dientes, sus ojos eran negros de mirar sereno y profundo, y su cabello negro, largo y ondeado, enmarcaba su rostro resaltando aún más su hermosura.

Patsy solía ser una niña que se tomaba la vida y la escuela con muy poca seriedad, a diferencia de Anthony que  era muy serio, responsable  y entregado a sus estudios,  por lo que pasaba la mayor parte de su tiempo con la cabeza metida entre libros sin salir de casa, motivo por el cual ella nunca lo había visto a pesar de que ella pasaba las tardes tirada en el prado planeando su nueva a ventura o soñando con eso llamado amor del que todos tanto hablaban...

sábado, 3 de enero de 2015

2014, un año horrible.

Creo que me estoy haciendo vieja, está iniciando el 2015 y por primera vez en la vida me encuentro sentada haciendo un balance del año anterior, tratando de comprender todo lo bueno y lo malo que viví en él, queriendo saber que tanto me han afectado los sucesos vividos en esos 12 meses previos a este momento en el que a pesar de tener la protección, el apoyo y el cariño de mis hijos y nietos, sigo sintiéndome sola parada en medio de la nada. Y no es que sea mal agradecida ¡no! sé de sobra que soy afortunada, tengo mucho más de lo que otras personas tienen, pero algo en mi cerebro no está funcionando como debería hacerlo. Probablemente conforme de van a cumulando años a mi existencia empiezan a pesarme las experiencias malas que he vivido y que, quizá en realidad nunca he superado, porque aquellas heridas nunca logre sanarlas, simplemente las arroje en el mar del olvido, pensando que al sumergirse en el, desaparecerían para siempre al no pensar en ellas, pero, en realidad siempre siguieron vivas y sangrando, y hoy justo hoy me estoy dando cuenta de ello.
En Enero pasado, el inicio de un nuevo año parecía prometedor, estaba feliz parecía que no me faltaba nada, mis hijos habían pasado las fiestas navideñas y fin de año conmigo, estaban sanos, tenía una relación estable y maravillosa con mi pareja y con mis nietas Faby y Lore, que durante ese ciclo escolar estaban viviendo con nosotros alegrándonos la vida y brindando a Paco Q.E.P.D.  la oportunidad, de experimentar de cierta forma lo que era ser padre, ya que él nunca tuvo hijos. ¿Qué más se le puede pedir a la vida para ser feliz?
Febrero, Marzo y Abril transcurrieron aparentemente bien, y digo aparentemente porque de manera silenciosa la salud de Paco se iba desgastando cada día más.
Los sucesos de Mayo fueron lo que dieron un giro de 180 grados a mi vida, las cosas se fueron acomodando hasta terminar en la partida de Paco; él había enfermado de neumonía, esto aunado a las enfermedades que ya le aquejaban no le permitieron recuperar su salud y el 21 de Mayo se quedo dormido para no volver a despertar. Aún ahora después de 7 meses me parece increíble que ya no esté.
En los meses posteriores a su partida, los cambios vinieron uno tras otro, hasta traerme al sitio en el que hoy me encuentro. Otra casa, otra ciudad otras gentes... los mismos recuerdos y melancolías.

De esta forma transcurrió el 2014, con algunas alegrías opacadas por una enorme perdida. 
En resumen, un año horrible.