jueves, 9 de diciembre de 2021

Adiós.


 

Me quedo en la siguiente esquina, el viaje se tornó rutinario y aburrido, los paisajes ya no despiertan la imaginación, los días ya no me sorprenden y las noches sólo sirven para dormir, porque los sueños se escaparon a las noches de otras mentes.

Me bajo en el próximo cruce del camino, porque dicen que a la vuelta de la esquina siempre hay algo mejor y aquello, lo nuestro, ya es historia pasada que quedó olvidada en este autobús que lleva a un lugar incierto.

Me bajo en ésta esquina, porque de tanto amarte prohibido, he llegado a aborrecerte y prefiero rendirme antes de llegar a lastimarte como tú me lastimaste. 9/12/2021

 

 

María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.

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martes, 7 de diciembre de 2021

Dudo.


 

No sé de dónde sacas tus recuerdos, pero me hacen dudar de los míos. Tu historia no concuerda con la mía y me pregunto si es que hemos participado en la misma novela de la vida. La narrativa de tus vivencias difiere de la mía, ¿es que alguno de los dos miente y ha llegado a dar por real la versión más conveniente?

Repaso una y otra vez, trato de rememorar cada suceso (importante o no) tratando de encontrar coincidencias con esas cosas que me cuentas… no las encuentro.

¿Cuál de los dos es el invitado a esta historia? Quizá leímos libros diferentes, puede ser que nuestros guiones no pertenecen a la misma obra aunque los personajes parecen ser los mismos, tienes diálogos distintos y entradas en escena en diferentes momentos…

Te escucho y dudo de mis recuerdos, de mi nombre y hasta de estar en la dimensión correcta. 7/12/2021

 

María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.

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sábado, 4 de diciembre de 2021

Aprendió a andar a oscuras.


 

Aprendió a andar a oscuras en un mundo en el que todo a su alrededor brilla con radiantes colores. Su luz se apagó entre vientos de tragedia y chubascos tristes, por eso está planeando su muerte como si ese momento fuera a llegar mañana. Un ahorro para el entierro y distancia intencional para que nadie le llore ni le extrañe cuando por fin se haya marchado.

No habrá herencia, lo material se fue quedando en el camino, y aunque poseyó tanto, hoy no tiene nada que legar a nadie, si acaso un montón de papeles con malas letras que nadie quiere.

Se acostumbró a andar a oscuras en tardes soleadas, noches frías y horas calladas porque la oscuridad no lastima los ojos, ni el silencio aturde ni el frío cala tanto como cuando se busca calor en los brazos muerto de la hipocresía, por eso llama a la muerte aunque aún no sea su hora, y sus ojos brillan cuando acaricia la idea de un descanso eterno.

Aprendió a andar muerta entre la vida egoísta de la multitud que le rodea y apretó los labios y cerro sus oídos y cubrió sus ojos con la venda de la oscuridad. Detuvo el reloj creyendo que al detener el tiempo también su vida terminaría. 4/12/2021

 

María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.

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