jueves, 3 de abril de 2014

La culpa y un sueño premonitorio.



Al principio pensé que Javier era el culpable por la muerte de mis padres y pensaba constantemente si no les hubiera hablado nada de esto habría pasado, pero después deje recaer la culpa en mi, si no me hubiera separado no habrían venido y nada les habría pasado...

Por mucho tiempo cargue con esa culpa por más que me decían que nadie tenía la culpa de eso, simplemente ese era el momento de marcharse y Dios los esperaba justo en esa parte del camino. Mi hermano Memo alguna vez me dijo "uno se pasa del rayo pero no de la raya" y esto lo comprendí muchísimo tiempo después.

De alguna manera yo sabía que algo pasaría, aproximadamente un mes y medio antes del accidente tuve un sueño muy extraño que me inquieto mucho al grado de contárselo a algunas personas. -Me encontraba en la casa de mis padres parada en la puerta del comedor que daba al patio trasero de la casa mirando como un enorme remolino iba arrasando todo a su paso acercándose cada vez más hacia donde yo me encontraba, de pronto me encontré mirando por la ventana que daba a la calle, y en cuanto el remolino traspaso la cerca que limitaba la casa, desapareció. Volteé y vi a mi padre tendido en el suelo, estaba herido, y me apresure a abrazarlo pero en un segundo el ya no estaba, y pude ver la casa en ruinas y mucha gente al rededor.-

Pocos días después de haber tenido el sueño lo olvidé; aunque repentinamente cuando me encontraba en la funeraria vino de golpe a mi mente aquel sueño. ¡Lo sabía! aquel extraño sueño me lo había dicho claramente pero no lo supe entender, y a fin de cuentas de nada habría servido que entendiera lo que me anunciaba, no habría podido cambiar los hechos marcados por el destino. Pero era clarísimo, de la misma forma en que el remolino del sueño solo había dañado la propiedad de mis padres, su partida solo afectaba de manera directa a los de casa. todo lo que paso tenía muchas coincidencias con aquel sueño. No debí recordarlo nunca, esto solo sirvió para que ahora con más fuerza siguiera reprochándome por lo sucedido.

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