miércoles, 11 de noviembre de 2020

Tatuaje en la mirada.

Imagen tomada de Internet.

 

En aquellos ojos corroídos por el salitre de las lagrimas, aún se hallaba diáfana la imagen del ser amado en las pupilas.
El corazón se desangra aunque la daga ha encarnado y la mente se atormenta buscando el olvido que no llega y mata.
El alma es golpeada, torturada una y otra vez sin parar por un tatuaje en la mirada, un recuerdo en la cabeza y un herido corazón. 3/4/2019

María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.

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