viernes, 15 de enero de 2016

Cuando escribo...



En medio del sentimiento que brota del corazón y se vuelve palabras, eres sólo mío; Por eso cuando escribo, puedo ponerte en un pedestal tan alto que te permita acariciar el cielo. Pero en la realidad, y al ver tu indiferencia, quisiera enterrarte en la grieta más oscura y profunda del infierno.

El sueño se convierte en letras, eres hermoso; Por eso cuando escribo puedo poner mil cualidades en ti para hacerte perfecto. Te describo con palabras simples como un adonis impecable y agraciado porque te amo. Pero cuando la decepción del desamor y la realidad me obligan a verte tal cual eres, descubro que tu belleza es sólo la percepción de unos ojos cegados por el amor.

Mis anhelos se vuelven vocales y consonantes, eres excelso; Por eso cuando escribo te pongo en un altar, y al concebirte como un ser divino, te ofrendo hasta mi vida. Pero al sentir el desengaño producido por tu abandono, te descubro ínfimo y miserable,  te declaro incapaz de merecer el valor y la sensibilidad que yo poseo.

Cuando escribo, entre mis letras lo eres todo, pero en la realidad no eres nada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario