lunes, 23 de enero de 2017

Ojalá.


Ojalá pudiéramos olvidarnos que somos adultos realistas, aburridos y cuerdos; ojalá volviéramos a amar como adolescentes: Con pasión y entrega, prodigándonos sin miedo y sin importar lo que diga la gente.
Ojalá aprendiéramos a dejar de lado a los seres juiciosos en los que nos hemos convertido, para dar libertad a los niños, que en algún rincón de la existencia mantenemos prisioneros; ojalá consiguiéramos volver a amar como niños: Llenos de confianza y nobleza, libres de excusas y con el alma blanca.

México, Enero/2017

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