sábado, 8 de agosto de 2015

Se acostumbró.



Se acostumbró a mirarse en unos ojos distantes, fríos, muertos.
Se habituó a una existencia llena de trato indiferente, carente de pasión y llena de soledades compartidas.
Se acomodó al lado de un ser  sin pasión, ausente y lejano.
Se endureció y se resignó a vivir en una larga y letal agonía.
Se acostumbró tanto al desamor, que cuando el amor llegó, no supo qué hacer con él y lo dejó pasar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario