domingo, 11 de octubre de 2020

Antes de la despedida.

Imagen tomada de internet

 


Llegó la tarde de la partida, me llevé en los ojos el rostro del adiós y en los brazos el abrazo helado de la indiferencia, visto estaba que habías tomado antes la decisión de soltarme las alas, visto estaba que antes de despedirnos ya me habías sacado de tu vida.
No tuviste el valor de decirme cara a cara que no volveríamos a vernos, te faltó coraje para dar explicaciones, – porque no las había– no tenías excusa alguna para echarme una vez más a las fauces del olvido, o quizá sí, tu cobardía.
Me dejaste marchar con el corazón colmado de sentimientos y la mente llena de ilusiones sabiendo que no nos volveríamos ver porque ya me habías echado de tu vida mucho antes de aquella tarde de la despedida. 11/10/2020
María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.
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