viernes, 30 de marzo de 2018

Despedidas.

Imagen tomada de la web



¿Es que acaso existe alguien en este mundo al que le gusten las despedidas?
Decir adiós es verse forzado a cerrar una puerta que muchas veces no se quiere cerrar; despedirse, con frecuencia no es sólo cerrar un capítulo sino todo un libro para volver a empezar en blanco y desde cero.
En una despedida siempre hay dos partes, la que quiere alejarse, y la que pide suplicante “no te vayas”… Y es que hay despedidas que duelen y otras que alivian, que liberan y abren oportunidades.
El adiós es egoísta y despiadado, es romper el corazón de alguien sin la menos consideración, sin contemplación y sin ningún arrepentimiento. Quien dice adiós abre las alas mientras condena al otro a la jaula de la soledad sin remordimiento alguno.
Sé lo que son las despedidas, he dicho adiós muchas veces, y muchas otras me dijeron adiós con la misma tranquilidad con la que yo antes los dije.©

María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez
Querétaro, Marzo del 2018

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