domingo, 20 de febrero de 2022

Alucinación.

 


Ella está entre el cielo y la rama, la miro por largo rato y puedo sentirme a su lado imaginando lo que será ver la tierra desde lo alto, abro mis alas al tiempo que ella las abre e inicio el vuelo, la vista desde aquí es estupenda, hay mucho verde salpicado de violeta rosa y amarillo. Más allá los colores son cortados por negras líneas de asfalto y ahí se pierde el brillo, el panorama comienza a pigmentarse con una capa grisácea que vuelve brumosa la vista. A lo lejos un árbol triste y algunas flores que se asfixian, la vista muestra muy pocos oasis coloridos entre el cemento y el pavimento, ahí parece que la vida se muere, o quizá únicamente trasmuta.

El ave sigue a mi lado, nuestras alas parecen llegar a tocarse en ciertos momentos como si durante nuestro vuelo nos pudiéramos acariciar calentados por el sol y suspendidos en la inmensidad de un cielo que parece ilimitado... Estamos entre el cielo y la rama sintiéndome libre y maravillas viendo el mundo desde lo alto cuando todo se vuelve negro, abro los ojos y me descubro sentada en un banco del jardín presa de mis realidad y sin poder volar. 20/2/2022

 

María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.

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Imagen tomada de la web.


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