lunes, 16 de octubre de 2017

Fragmento de "Vida y Destino"


Un extraño sueño.


A la mañana siguiente, cuando empezaba a clarear el alba, Lucia se despertó agitada con el rostro perlado en sudor y las manos temblorosas, había tenido un sueño extraño y loco, un sueño de esos que, por excéntricos e incongruentes perturban a quien los tiene. Se veía parada en la punta de un cerro cuya aridez contrastaba con la densa vegetación boscosa que lo rodeaba, y que por alguna extraña razón ésta sólo crecía hasta la falda del montículo.
Y ahí estaba ella, de pie junto a un hombre ataviado con una túnica de color rojo brillante de tela desgastada y rasgada por el tiempo, el largo de su vestidura le hacía ver de gran estatura y no permitía ver si sus pies tocaban el suelo, pero daba la impresión de estar levitando. Su rostro estaba oscuro a pesar de la luz brillante que le envolvía, de él sólo se podían ver sus grandes ojos rojos de mirada iracunda y penetrante. El hombre sostenía en una mano al sol y en otra a la luna, en su pecho ardía un extraño símbolo hecho de fuego, era un círculo que dentro tenía las letras alpha, sigma y omega. (A∑Ω) La letra sigma estaba por encima de las otras dos y juntas formaban lo que parecía un triángulo.
En el suelo, alrededor del hombre se levantaba en forma de remolino un fino polvo dorado como si fuera de oro, cuya altura no era mayor a los diez centímetros y que a pesar de girar en fuerte turbulencia no rozaba los harapos rojos de la vestidura del hombre ni los sacudía. Sobre su cabeza se formaba una diadema de rayos rojos con destellos dorados que provenían del cielo. Lucia no podía dejar de mirar con asombro aquella aparición que parecía sacada de las entrañas del infierno.

No se escuchaba nada, todo estaba en silencio, La ausencia de sonido era tal, que Lucia podía escuchar como el aire que respiraba entraba por su nariz, llegaba a sus pulmones y volvía a salir; aquella carencia de sonido era desconcertante, le inquietaba y le hacía sentir terror. Permaneció inmóvil tratando de comprender que es lo que estaba sucediendo, se repetía sin parar que aquello era producto de una desagradable pesadilla creada por su desquiciado subconsciente, pero, todo parecía demasiado real. Era difícil precisar cuánto tiempo llevaba ahí intentando discernir porque estaba en ese lugar, quién era y que quería de ella aquel misterioso y extraño ser; lo que estaba viendo resultaba en extremo confuso y absurdo...

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