Imagen tomada de: http://mujer.starmedia.com/familia/consejos-para-cambiar-colegio.html |
Toda mi primaria la estudie en un colegio de monjas, creo
que mis padres consideraron que era la mejor opción para mí y se los agradezco trataron
de darme una buena educación, con bases religiosas y morales, que reforzaran la
educación que ellos daban en casa.
La verdad es que nunca me gusto ese colegio, ni las monjas.
Recuerdo que nos hacían rezar todos los días, para pasar el
curso había que terminar las labores de costura que nos imponían cada año ¡ay
como llegue a detestar el bordado!
Recuerdo que cada vez que moría una de las monjas nos
llevaban a la capilla del convento (que estaba al lado del colegio) y alguna vez nos hicieron ver dentro del ataúd,
en verdad que experiencia tan desagradable,
apenas éramos unas niñas, no tendríamos
porque haber visto tal cosa a esa edad, muchas noches tuve pesadillas por eso y
supongo que a otras niñas les paso igual.
Hubo dos cosas que me gustaban. Una era cuando nos llevaban
cada viernes primero de mes a misa a la
iglesia de Santa Rita, nos llevaban caminando y ese paseo siempre me gusto
mucho; hoy trato de imaginarme cómo es que se veía ese desfiles de niñas
formadas de dos en dos bien uniformadas guiadas por monjas mal encaradas.
Una de mis grandes travesuras del colegio, era escabullirme
al convento, y más de una vez organice un tour con compañeras, nada despertaba
mas nuestra curiosidad que la casa de las monjas; cómo vivían , donde dormían y
hasta que ropa interior usaban (Ahora que lo recuerdo no puedo evitar reírme) Nunca
nos sorprendió ninguna monja y jamás logramos
ver su ropa interior, solo dios sabe donde la escondían.
Cuando terminé la primaria le rogué a mi padre no seguir en
ese colegio y gracias a dios accedió.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario