Fue el ídolo de barro que quise convertir en hombre... Lo tome dulcemente con mis manos, lo acuné entre mis brazos y lo apreté contra mi pecho para darle calor, le cubrí de besos los labios y los ojos , lo arropé con el alma y lo amé con un amor inmenso de esos que pueden dar vida hasta a una piedra.
Usted me llamará loca, pero pude haberle dado un corazón y vida al mismo barro, si el barro hubiera tenido el valor de convertirse en hombre.
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