A veces me quiebro y cuando lo hago, maldigo aquella madrugada de tu partida, reniego del segundo en el que lejos de mí dejaste de respirar.
Eres ese dolor que duerme y despierta cuando menos lo espero... una plática, un olor o una imagen traen las lágrimas de tu recuerdo, de la impotencia de haberte perdido.
A veces me quiebro y odio la vida con ese vacío enorme que crece con el tiempo en lugar de disminuir, a veces se me dobla la fortaleza y quisiera volver a tenerte entre mis brazos.
María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario