No te deseo mal alguno, pero...
Que te sepulten con tu moral torcida
y tu cobarde machismo.
Que te entierren bajo tu silencio
tu indiferencia y tus temores.
Que te cubran con la pesada lápida
de la soledad y el olvido,
pero no esperes de mí ni una lágrima
ni una blanca flor sobre tu tumba,
porque no se puede amar
a quien no quiere ser amado
ni se puede dar vida a quien
ha decidido morirse en vida. 27/3/2019
María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.
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