El alma se queja con letras, aunque a veces también ríe y canta; en ocasiones cabalga sobre ellas hasta la frontera de los sueños, donde entre realidad y fantasía nos cuenta de amores imaginarios y amores palpables que a veces tienen cuerpo de mariposa y a veces encarnan en seres nauseabundos que empuñan la espada que quiere asesinarla, pero el alma es inmortal y después de ocultarse un tiempo en su guarida para sanar sus heridas, un día vuelve a salir con el sol para volver a empezar, reír y cantar... y hasta se vuelve a enamorar. 21/3/2019
María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez
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