La ausencia paraliza, enmudece
y a ratos, nos hace alucinar sintiendo y viendo lo inexistente en un presente
ilusorio que nos confunde pero nos hace sonreír.
No existes y sin embargo te
he percibido real entre mis sueños y letras, te di un rostro, un cuerpo y un
nombre con mi desbordante fantasía, pero...
Nunca exististe en mi vida,
has sido producto de la retorcida imaginación de la soledad y hoy que lo descubro, que el corazón
guarde silencio no es novedad.
Quiero caminar hacia un
futuro cierto y hacia un hombre real que me abrace fuerte y me enseñe que aún
existe alguien que a mi lado quiera estar, quiero que el corazón grite y mis
manos cubran los papeles de historias nuevas.
Caminaré de prisa intentando
que el pasado solitario no me alcance y la orfandad por fin se olvide de mi
existir. 10/3/2021
María
Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.
Derechos
reservados de autor.
Imagen
tomada de la web.
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