Decir que es a ti a quien amo, es tan absurdo como creer en
la existencia de hadas y duendes, de sirenas y pegasos.
No es a ti a quien amo, amo al ser maravilloso que inventé, y
con el que traté de darle vida a la imagen inerte de una fotografía.
No puedo decir que fue a ti a quien en realidad amé, pero
decir que te olvidaré es decir la más grande y falsa mentira que algún día
inventé.