La revelación vino
así, de manera intempestiva y fortuita; fue de este modo que de pronto me
descubrí incompleta y fragmentada, la mitad de mi se quedó en el pasado, hace
mucho que empecé a desmoronarme y en mi loco andar ni siquiera me di cuenta.
Necesito recuperar
cada trozo de mí que se perdió en la vereda de la vida. Puse la palanca en reversa y volví sobre mis
pasos para encontrar y recuperar todos los fragmentos de mí, que se fueron
quedando en el sendero.
No me malinterpreten.
No quiero volver al pasado para revolcarme en las miserias de un tiempo ido que
no se puede cambiar, es sólo que, para recuperar mis fragmentos debo cerrar los
asuntos inconclusos; comprendiendo el pasado es que van sanando las heridas de
una vez y para siempre... Curando las lesiones es que se recupera lo perdido.
Urge recuperar cada
una de mis partículas para volver a ser un todo. No se puede andar por la vida
incompleta y partida por la mitad.
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