Ambiciosa y perseverante... así era ella.
Siempre alcanzaba sus metas o moría en el intento.
Callado y reservado... Así era él.
Siempre se ocultaba tras esa gran muralla del silencio.
Ella fue el ave que murió intentando volar más alto
y Él, el niño al que nunca le gusto dar respuestas.
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