Cuando el navío por fin terminó su maniobra, uno de sus
navegantes -el segundo de abordo- bajó, se acerco y saludó amablemente a los
miembros de la familia que habían estado observando el proceso con mucha atención;
apenas cruzó un par de palabras cuando el capitán, un hombre no mal parecido y
de personalidad fuerte lo llamó, al parecer
le pidió que se retirara pues sin protestar desapareció, mientras el capitán se
dirigió hacia ellos y con toda cortesía se presentó
-Mi nombre es Esteban Gómez, capitán de este buque-
Extendió la mano y estrecho la mano de cada uno de los
miembros de la familia, dejando al final la mano de Pat, no por falta de caballerosidad
sino con la intensión de sostenerla mientras se perdía en su mirada, Patsy se
sintió un tanto incómoda y tuvo que retirar su mano, lo que hizo que Esteban
regresara de ese pequeño viaje donde solo estaban ella y él y en el que se
había extraviado por unos segundos.
Él hablo sobre la el barco y sobre otros temas con el
padre de Pat, al parecer a su padre le agrado el capitán y terminó invitándole
a visitarlo a su casa de visita cuando viajara a su ciudad, por lo que le dio
su tarjeta de presentación con sus datos; cómo agradecimiento Esteban los
invitó al día siguiente por la mañana para darles un recorrido por el buque
pero ¿lo había hecho solo por agradecer la invitación del padre de Patsy o en
el fondo su intención era volver a verla?
Los primeros rayos del sol anunciaron el nuevo día, la
familia se apresuró a levantarse de la cama aunque era muy temprano todavía,
pero es bien sabido que en cuando se está de vacaciones en la playa los días se
pasan demasiado rápido, hay que aprovechar cada minuto al máximo, pero además
tenían una invitación a conocer el buque y por ningún motivo podían llegar
tarde, la puntualidad era algo demasiado importante para Don Guillermo.
Después del desayuno, la familia salió con rumbo al
muelle sonde ya los esperaba Esteban
-Buenos días, agradezco su puntualidad. Vamos les
mostraré el barco-
El recorrido tardo poco más de una hora, durante ese
tiempo hablaron de diferentes temas, no solo de los dormitorios y el cuarto de
maquinas.
De vez en cuando Esteban se dirigía a la chiquilla con el
fin de llamar su atención, puesto que ella estaba más entretenida con el
segundo de abordo que los acompañaba en el recorrido y que no dejaba de hablar
con Pat. ¡Vaya niña! siempre llamaba la
atención de algún hombre, no importaba el lugar ni la hora.