Imagen tomada de la web |
Arrodíllate mortal
ante el amor divino, que te ofrece un corazón enaltecido por el dolor y
maltrecho de tanto amar.
Bendice el alma que
sin limitaciones y sin recelo te supo cobijar un día; bendícela porque no habrá
otra que sin interés, te vuelva a aceptar.
Venera el recuerdo de
aquella mujer que te ofreció un mundo entero y creó un nuevo cielo en el que
sólo tú puedas volar.
Ama a la mujer que te
escribió un libro entero poniendo el alma en la pluma; ámala porque te aseguro
que no habrá otra que te vuelva a adorar.
María Del Pilar
Sánchez Padilla Sánchez.
©Derechos reservados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario