Ese olor a fracaso se disipó
con la lluvia ayer tarde
y las despedidas corrieron
sobre las aguas de los ríos
formados con sus aguas en las calles.
El aguacero nocturno me limpió el ama
y los brillantes relámpagos
que encendieron la noche
iluminaron mi pensamiento.
Lluvia, no pares, te lo pido,
Sigue lavándome el alma
Sigue regándome el pensamiento…
Y que me caiga un diluvio encima
Si eso me limpia la vida.
La lluvia de ayer tarde-noche
Se me metió en los ojos
Y saco en torrente, todos mis enojos. 15/5/2021
María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.
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Imagen tomada de la web.
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