Soy guerrera, la vida y sus escollos no han logrado subyugarme.
Me he perdido un par de ocasiones, en inhóspitos parajes
sembrados de incertidumbre y miedo.
He caído muchas veces en abismales profundidades, llenas de
oscuridad y desconsuelo.
Me hundí hasta casi ahogarme, en un mar por demás negro y
salado, cuyas aguas estaban contaminadas de impotencia y soledad.
E incluso una vez, sólo una vez, me atreví a nadar en el lúgubre
pantano de un alma insensible, que enlodó la mía con abandono e indiferencia.
Pero, heme aquí vencedora y viva, cubierta de cicatrices... ¡pero
viva!
Y hoy, vuelvo a estar de pie, mirando de frente a la vida
con la cara en alto; he regresado más fuerte y diestra para seguir ganándole
batallas al destino.
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