Tengo 53 años y me gustaría hacer en este momento todo lo
que no hice antes, como correr, brincar,
besar y amar bajo la lluvia, quizá caminar sin rumbo por la calle y dejar aflorar la niña que en el fondo siempre ha
estado esperando el momento de presentarse para permitirme volver a ver el
mundo con curiosidad, sin dejarme de
sorprender de las cosas hermosas que tiene la vida. Las sonrisa y las ganas de
vivir van regresando a mi vida, hoy quiero dejar las lagrimas atrás y permitirme
el lujo de volverme a enamorar.
Y cuando no esperaba nada, nuevamente las bendiciones vienen
del cielo...
El mundo ha empezado a teñirse en colores pastel y nuevas ilusiones nacieron con una imagen de buenos días, una linda canción y la hermosa sonrisa del remitente, cuyo rostro
no era desconocido para mi, ya hacía
algún tiempo lo había visto entre tanta gente.
Desde la primera vez que lo vi mi cuerpo se sacudió, fue una sensación
extraña, fue una emoción diferente que
despertó la ambición de alcanzarlo, sin
importar cual fuera el precio.
Como siempre, las cosas se acomodaron de manera para que
la ilusión llegara en el peor de mis momentos para traer nuevas alegrías a mi vida,
En la imaginación se han comenzado a crear escenarios increíbles e
iniciaron los ensayos para este nuevo cariño que ha empezado a surgir, porque
quiero pensar que será el que me acompañe el resto del camino, el que me ame
hasta el final.
Tengo tanto que agradecer a la vida...
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