De la noche a la mañana
Todos amaron al ausente,
Al egoísta, al golpeador
emocional
Que dañó sin remordimiento ni piedad.
Por un momento
El resentimiento y el
reproche
Pactaron una tregua para
despedir
Al agresor que tendido en su
blanco lecho,
Noble y bondadoso pareció.
De un momento a otro
Perdonaron al impío
Que les dejó marcada el
alma.
A la hora de las cuentas y
el arrepentimiento,
La pureza de sus almas le otorgó
el perdón
Irguiendo en un pedestal a
la bestia. 10/7/2022
Mérida Yucatán,
México
María Del Pilar
Sánchez Padilla Sánchez.
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de autor.
Imagen tomada de la
web.
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