Siempre estuvo el prado cubierto de verde y en él,
Siempre crecieron rosas rojas y blancas y amarillas,
Aunque yo me empeñé en ver sólo las espinas.
Siempre estuvo el aire perfumado de dulces fragancias y en él,
Siempre se percibió el aroma incitante de la pasión,
Aunque me empeñé en olfatear el hedor de la desolación.
Siempre estuvo el día bañado de sol y con él,
Siempre hubo calor y extrema claridad,
Aunque yo me empeñé en ver solo oscuridad.
Siempre estuvo mi existencia rodeada de amor y él,
Siempre fue para mí palpable quimera,
Pero yo, me empeñé en matarla a mi manera.
Siempre tuve alas blancas en mi mente y con ellas,
Siempre pude volar hasta tocar el sol,
Aunque preferí ser ave nocturna que vuela en la oscuridad. 9/4/2021
María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez.
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Imagen tomada de la web.
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