sábado, 2 de junio de 2018

La mujer de los sueños.

Imagen tomada de la web







Era ella la mujer de los sueños, sus sueños le daban vida y había aprendido a ver los mensajes que en ellos se escondían, creía tanto en ellos que su existencia se regía por los anuncios que éstos le dejaban cada noche. Si tenía problemas o había que tomar decisiones, primero consultaba con sus sueños para saber qué debía hacer, y hasta hace algún tiempo jamás le habían defraudado, las respuestas siempre venían acertadas, hasta el día que empezó a tener sueños recurrentes a los que no logró encontrar significado. Esos sueños se repetían de manera cíclica y siempre en el mismo orden:

*El bebé hermoso y rubio que se presentaba desnudo y por el que ella se preocupaba por mantener limpio y arropado. 

*La casa conocida en la que cada habitación de pronto tenía puertas que antes no tenía y que habrían espacios ocultos. 

*El lugar oscuro en el que desesperada buscaba el interruptor y al encontrarlo no funcionaba.
 
*El buscar y buscar en un armario de mil puertas.

Por primera vez no conseguía encontrar las respuestas ¿Qué le quería decir el subconsciente con esos sueños? Seguro era algo importante porque no paraban, cada noche seguían presentándose los mismos escenarios y las mismas situaciones sin que ella consiguiera entender cuál era el mensaje que éstos ocultaban y su vida de pronto se volvió un caos, nada iba bien.
Los años pasaron sin que ella lograra saber su significado, fue entonces que decidió ignorarlos y perder la fe en ellos; la mujer de los sueños, resolvió no volver a dormir por el resto de su vida, por temor a volver a soñar.


© María Del Pilar Sánchez Padilla Sánchez
Querétaro, junio del 2018



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