martes, 6 de septiembre de 2016

Espectador.

Es triste darse cuenta que hay personas que se divierten con los sentimientos de quienes los rodean o tienen la mala suerte de quererles. He conocido algunos espectadores de esos que se sientan cómodamente a ver los sentimientos ajenos cual si fueran una divertida comedia, se burlan y se ríen con silenciosas carcajadas de las muestras de amor que reciben. Entonces viene la pregunta obligada: ¿realmente son felices? O es que ocultan el miedo a ser protagonistas tras el papel de espectadores.

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