jueves, 31 de diciembre de 2015

Parte 16 Entre la realidad y las fantasías de Patsy

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Terminó lo más rápido posible en la cocina, dispuso la mesa de manera que cada uno tuviera un lugar en ella. Echó un último vistazo, no faltaba nada.
¡Por dios, es tardísimo! -pensó al ver la hora en el reloj- Apenas tenía para una ducha rápida y arreglarse a toda prisa. Esteban no tardaría en llegar, era un hombre muy puntual.
Él llegó con un hermoso ramo de rosas blancas que despedían un exquisito aroma que tenuemente perfumó el ambiente. Pat sorprendida y llena de emoción -como si fuera la primera vez que alguien tuviera el lindo detalle de regalarle flores- las tomó entre sus manos llevándolas hacia su pecho, mientras que en muestra de agradecimiento le obsequió una gran sonrisa y un tierno beso en la mejilla al apuesto galán.
Sin tanto preámbulo ni formalidad se condujo al hombre al el comedor, La mesa cubierta con un mantel inmaculadamente blanco sobre el cual estaban acomodados finamente los lugares para cada miembro de la familia y el invitado. Al centro un diminuto florero, -con unas cuantas flores cortadas del jardín- una charola de pan y una jarra de espumoso y humeante chocolate.
El desayuno fue todo un éxito, la madre de Pat, cocinaba delicioso y sus guisos siempre recibían muchos halagos por parte de los comensales; el sazón de ella era la envidia de la tía amargada de la familia, que no dejaba pasar oportunidad para criticarlos.
Después del desayuno pasaron a la sala donde Don Guillermo, tuvo un buen rato para conversar con Esteban, mientras Pat ayudaba a su madre a levantar la mesa y lavar los platos -cosa que no hacía nada feliz a la chiquilla consentida-
Era domingo y la familia tenía la costumbre de asistir a misa después del desayuno, por lo que el padre de Pat, se dirigió a Esteban para invitarlo a acompañarlos a la iglesia, él sin pensarlo asintió. Nadie preguntó si él era creyente o si tenía por costumbre asistir a la iglesia, lo cierto es que acompañó a la familia sin poner ninguna resistencia no hacer comentario alguno. -quizá solo fue sin protestar para quedar bien con los padres de ella-
Patsy a pesar de su corta edad, no estaba muy de acuerdo con los asuntos religiosos, a pesar de haber asistido siempre a un colegio de monjas. Ella sobre llevaba este aspecto con paciencia para no contradecir a sus padres ni tener problemas.
Después de misa, Esteban pidió permiso para llevar a pasear a Pat, prometiendo llevarla de regreso a casa antes de las seis de la tarde. Para sorpresa de ella, sus padres no pusieron ninguna objeción. Así pues la pareja tomada de la mano se alejó.
El día estaba frío pero aún así se prestaba para pasear por la ciudad sin rumbo fijo. Hicieron un recorrido algo apresurado por los sitios de interés de la hermosa ciudad, aunque ella ya conocía todos esos lugares, por primera vez notó lo hermosos e interesantes que eran. -Llama la atención darse cuenta de que cuando pasas con tanta frecuencia por ciertos lugares, dejas de apreciar su belleza y les restas importancia-
Parados frente a la catedral, Esteban miró a los ojos a la pequeña, le tomó las manos y le dijo con toda seriedad
- Aquí nos vamos a casar algún día-
Pat no dijo nada, se quedó mirándolo al tiempo que trataba de comprender y asimilar bien aquellas palabras...

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