lunes, 9 de marzo de 2015

Parte 8 Entre la realidad y las fantasías de Patsy


Para esa ocasión él tenía preparado un hermoso y valioso anillo de compromiso, un enorme pastel y un gigantesco  ramo de rosas rojas para la chiquilla que sin querer había puesto su mundo de cabeza, supuso que eso y unas palabras dichas con el corazón en la mano terminarían convenciéndola de que él era el hombre que la haría feliz -Pobre infeliz- no imaginaba que ella en el fondo era mucho más dura de lo que podía ser una pequeña de esa edad, y no es que fuera mala, simplemente aún recordaba y esperaba que Anthony volviera a decirle lo mucho que la había extrañado y que aún la seguía amando.
Después de aquel día Humberto no volvió, se alejo por completo.
Alguna que otra vez ambos coincidieron en los sitios a los que los padres de Pat acostumbraban asistir y a los que solían llevar a Patsy pero, Humberto jamás volvió ni siquiera a mirarla, mucho menos a cruzar palabra con ella a pesar de que en el fondo de su corazón, deseaba abrazarla y volver a intentar tocar su alma.
El mundo siguió girando y el destino siguió tejiendo nuevas historias en la vida de Pat, poco a poco aquel hombre fue convirtiéndose en un recuerdo borroso y en uno más de los desafortunados que creyeron que alcanzar a la pequeña era tarea fácil de lograr.
Pasaron los días y meses, llegó la primavera y después el verano. Patsy cada día estaba más linda, a pesar de que ahora su mirada siempre mostraba un dejo de tristeza y el brillo de sus ojos era opacado por la sombra de un amor que no pudo ser.
Aquel verano la familia hizo un viaje a la las playa para vacacionar, todo prometía que aquellos días que pasarían en aquel lugar cerca del mar iban a ser estupendos.
Era viernes, el día transcurría relajado y tranquilo, el sol brillaba con todo su esplendor y Pat no se había cansado de correr a la orilla del mar permitiendo que las  olas bañaran sus pies, parecía tan feliz riendo a carcajadas, aunque solo ella sabía lo que llevaba dentro, solo ella conocía el torbellino que giraba en su cerebro.

Por la tarde Pat, su padre y hermanos decidieron ir a caminar  al muelle, aquél día la vida tenía preparada una sorpresa para Patsy. No había pasado mucho tiempo de haber llegado cuando un buque patrulla de la secretaria de la marina se disponía a atracar en el muelle, esto a la chiquilla no le llamaba la atención, pero a su padre y hermano mayor pareció haberles interesado ver la forma en que acomodaban y aseguraban  aquella nave. 

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