sábado, 12 de julio de 2014

Algo bueno tiene que venir



Aquí estoy nuevamente parada en medio de la nada sin saber qué rumbo tomará mi vida, una vez más rodeada de incertidumbre y muriendo de miedo, cubierta de tristeza y lagrimas ¿qué va a ser de mi? ¿acaso sería mejor que la vida terminara ahora mismo?

Dentro de todo lo malo que me deja este fin de ciclo, debo sentirme agradecida, tengo el apoyo de mis hijos y aún cuando ellos no llenan el vacio que Paco me dejó, me hacen sentir protegida y amada. Es curioso cómo ahora soy yo quien necesita de sus cuidados y su protección cuando se supone que yo debería velar por ellos siempre, sin embargo, en este momento soy la persona más inestable sobre la faz de la tierra.

Tengo que dejar el pasado atrás, ocuparme solo del presente y dejar de pensar en el futuro incierto, debo tener confianza en que el universo ira acomodando las cosas para mí. Por ahora sólo debo ocuparme en sanar las heridas, en juntar los segmentos de mi corazón y hacerlo uno solo.

Dicen que todo pasa y estoy segura también esta vez así será, al final mi amor por él y su recuerdo quedarán guardados en mi alma, endulzando mi vida de una manera muy especial.

Sigo viva y debo seguir el camino que me ha marcado el destino, tengo que aprender a aceptar y disfrutar todo lo que Dios tiene planeado para mi... ¡algo bueno tiene que venir!

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