lunes, 2 de junio de 2014

Una carta desesperada




Que ganas de dormir y no despertar hasta que este sufrimiento haya pasado y mi amor por ti no duela más porque no soy tan fuerte, nunca lo he sido ni quiero serlo si ser fuerte es aceptar que te has ido y no volverás.

Los días parecen no tener fin, se hacen eternos y prolongan el tormento que provoca tu ausencia, no quiero pensar, no quiero recordarte porque hacerlo me consume.

Hoy más que nunca me mata la culpa en cada latir del corazón mío, estoy viva y tú no estás a mi lado, ¿por qué no tomaste mi mano y me llevaste contigo? prometiste que nunca me dejarías y mírame, estoy aquí tan sola consumiéndome y llorando tu abandono.

No hay forma de olvidarte, cómo he de hacerlo si aún siento tus besos quemando mis labios. Cómo olvidarte si siguen tus brazos asfixiándome en un fuerte abrazo colmado de amor. De qué manera borro el recuerdo de los días y las noches vividas contigo.

No quiero recordarte porque hacerlo duele, pero no puedo olvidarte porque tu alma se ha quedado amarrada a mi corazón, no puedo escaparme de ti, me diste tanto para recordar.

Estoy sola tratando de huir de ti, de tu amor y tu recuerdo porque no soy fuerte tu siempre lo supiste, y esto que estoy viviendo me hace sentir que Dios se olvidó de mí, todo esto parece una broma macabra del destino que se ensaña conmigo.

Esto no tendría que estar pasando, deberías estar llevándome de la mano en todo momento y todo camino. Quién va a levantarme cuando caiga, quién va a sacarme de mi tristeza y me hará reír a carcajadas para hacerme olvidar mis penas y enojos... ¡Dime quién!

Perdona mi egoísmo pero estoy en medio de una total confusión, deprimida, dolida y sola ¿puedes entender que aún te amo? ¿puedes entender que no entiendo tu partida? se que debo dejarte ir pero no puedo ¡perdóname mi amor!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario