sábado, 3 de mayo de 2014

Carta a mi nieta Samantha.


No te olvidé, ¿cómo hacerlo si eres un poco parte de mí?

Mi ausencia nada tiene que ver con el olvido, todos estos años te he pensado y extrañado sintiendo la impotencia de no poder mirarte crecer ni estar a tu lado.

¡Olvidarte jamás! como he de hacerlo sabiendo que existes... te he soñado, te he imaginado mil veces pensando como los rasgos de tu hermosa carita han cambiado año tras año, cuantos centímetros has crecido y hasta dibujando tu sonrisa y el color de tu mirada.

No he podido olvidarte, alguna vez te tuve entre mis brazos, te vi llorar y sonreír, te vi jugar, hablar y simplemente te amé con un amor grande limpio y eterno ¿acaso crees que eso se puede olvidar?

Ya fue suficiente de pagar culpas ajenas con ausencia , no fui yo quien cometió los errores y marco las fronteras. ¿Por qué he de ser yo quien expíe pecados que no he cometido?

Yo no tengo las respuestas, no puedo ni debo dar las explicaciones, ¡qué las den los culpables! pero... ¿quien tuvo la culpa? tal vez el destino, quizá las malas decisiones o el egoísmo o tal vez nadie pero yo, seguro que yo no he sido.

Mejor dejar atrás el pasado revolcándose en su miseria. hoy estas aquí, en la distancia pero aquí, mejor aprovechar el tiempo, quizá mañana pueda volver a oír tu voz y, por qué no, tal vez pueda volver a verte.

El tiempo que tanto he esperado por fin ha llegado, hoy la decisión está en tus manos, hoy depende de ti dejarme entrar en tu vida y así tratar de recuperar el tiempo perdido.

                                                   

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